Esta estructura que se encuentra en la zona baja de la pelvis, tiene importantes funciones y su debilitamiento puede provocar dificultades tanto en hombres como en mujeres. ¿Quieres saber más sobre el piso pélvico? Hoy, te contamos los detalles.
El piso pélvico, es un conjunto de músculos, ligamentos y tejido conectivo que forma una especie de «red» en la parte inferior de la pelvis, para entregar soporte a nuestros órganos pélvicos, útero, vejiga, y recto, por lo que tiene una directa relación con la función urinaria, sexual y defecatoria.
Junto con mantener en su lugar a los órganos pélvicos y evitar su descenso o prolapso, el piso pélvico tiene otras funciones clave, como:
Apoyo durante el embarazo y el parto: en la gestación, el piso pélvico debe sostener el peso adicional del útero en crecimiento. Durante el parto, estos músculos se estiran para permitir el paso del bebé por el canal de parto.
Un piso pélvico debilitado puede generar varios problemas de salud y molestias. “Generalmente, se presentan más en mujeres y sobre todo en determinadas etapas como la gestación, después del parto o en la menopausia, sin embargo, hombres y niños también pueden tener disfunciones”, señaló Florencia Monje, Kinesióloga de Clínica Andes Salud.
Algunos de los problemas que puede provocar un piso pélvico débil, son:
La musculatura del piso pélvico es musculatura voluntaria, tal como lo son los músculos de nuestras piernas o brazos, por eso, podemos entrenar en estos músculos fuerza, resistencia, coordinación y elongación, en base a cuáles son nuestras necesidades.
En general, tenemos poca conciencia de la existencia de nuestro piso pélvico, por lo que el primer paso es generar conciencia sobre esta zona.
Identifica los músculos adecuados: imagina que estás deteniendo el flujo de orina o evitando expulsar gas. Los músculos que contraes al hacer ese gesto son los del piso pélvico. Este ejercicio no se debe ver por fuera, es la contracción específica de tu musculatura perineal.
Nunca hagas estos ejercicios mientras orinas, ya que eso a la larga puede causar una descoordinación entre tu vejiga y tu piso pélvico.
Contraer y relajar tu piso pélvico de manera consciente, enfocándote en contraer sólo esa musculatura, manteniendo una respiración normal es el primer paso.
La dosificación de estos ejercicios (cuántos hacer, cuántos segundos mantener etc..), debiera ser absolutamente personal y depende de el estado inicial de tu musculatura. Por eso lo ideal es realizar una correcta evaluación de esta musculatura por Kinesióloga especialista para asegurarte de estar haciendo correctamente los ejercicios y ajustarse a una pauta individualizada.
Otro punto muy importante en el cuidado de tu piso pélvico tiene que ver con tus hábitos vesicales y defecatorios. Un adecuado consumo de agua, fibra, no posponer la ida al baño (ni a orinar ni a defecar), no orinar de manera anticipatoria (porque voy a salir, porque llegue, por si acaso…aunque no tenga ganas), evitar exceso de líquidos irritantes (por ejemplo, café, alcohol), entre otros factores, te ayudan a cuidar de esta estructura tan importante para tu calidad de vida.
Si estás experimentando síntomas como incontinencia urinaria, constipación crónica, dolor en las relaciones sexuales, o estás gestando, o quieres rehabilitarte tras el parto, etc… consultar con un kinesiólogo especialista es la recomendación, para poder realizar una adecuada rehabilitación y devolver la funcionalidad a tu piso pélvico.
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